Su relación con el barro comenzó en Córdoba, Argentina, en el 2016 cuando trabajaba como médico rural y conoció así a varios ceramistas locales. Desde entonces ha ido explorando diferentes técnicas y pastas cerámicas, encontrando en la escultura un punto de encuentro sincero entre la anatomía humana y el modelado en cerámica. 
Ahora mismo en Limbo, dedica mucho tiempo al torneado de porcelana, con la finalidad de darle alma objetos cotidianos del ritual de preparar y tomar café. 

Nacida en Argentina, dedica la mayor parte de su tiempo al arte del tatuaje. Comenzó a explorar la cerámica este año, a raíz de su interés por las piezas tradicionales, ya que encuentra en ellas una gran inspiración por sus ornamentos y formas.

Su estilo se caracteriza por aquello que la inspira, fusionando el tatuaje con la cerámica en piezas pintadas en su característico color azul.

Alica comparte que: “Limbo me aporta no solo un espacio de trabajo, sino más bien una comunidad enriquecedora, donde compartir y aprender con otros artistas.”

A Marta le gusta experimentar con la cerámica, usar sus manos para crear. Dice que esta le vuelve a conectar con la tierra y consigo misma. 
Le inspiran los elementos de la naturaleza. Así creó Anima Vasum, de la analogía entre nuestro cuerpo como vaso del alma, y las cerámicas como vasos de nuestras cosas amadas. 
Marta crea piezas jugando con el torno, les da formas y texturas con modelado y utiliza esmaltes con tonos que le recuerdan a la tierra, el mar, el bosque, la piedra, y tantos otros.